DEVOCIONALES (6 A 13 AÑOS)
03.- El joven rico
LECTURA: Marcos 10:17-31
Cierto día, un hombre llegó corriendo poniéndose de rodillas delante de Jesús le pegunto:
- Maestro, ¿qué debo hace para tener la vida eterna?
Jesús le contestó:
- Tú conoces los mandamientos, cúmplelos, no matarás, no mentirás, no harás daño a otras personas, obedece a tu padre y a tu madre…
El joven le dijo: Maestro, todos esos mandamientos los conozco y los he obedecido desde que era un niño.
Jesús, le dijo: Sólo te falta hacer una cosa, vende todo lo que tienes, da el dinero a los pobres, y ven y sígueme.
Cuando el joven escuchó lo que Jesús le dijo se puso muy triste, por que tenía muchas riquezas y no estaba dispuesto a venderlas y repartir su dinero.
El joven se alejó desanimado de aquel lugar.
Entonces Jesús les dijo a sus discípulos:
- ¡Es muy difícil si un a persona rica acepta a Dios como su rey! Es mas difícil esto que un camello pase por el ojo de una aguja.
Los discípulos asombrados, comentaban entre ellos: Entonces ¿quién podrá salvarse?.
Jesús los miró y les dijo que lo que es imposible para el hombre es posible para Dios, y todo aquel que haya dejado algo para servirme, recibirá su recompensa.
Si ha dejado a madres padres, hermanos, hermanas, casa, terrenos, etc, recibirá cien veces más en esta vida, y cuando muera vivirán con Dios para siempre, así que muchos que ahora son importantes, serán los menos importantes, y muchos que ahora no lo son, serán importantes en el reino de Dios.
Así que lo que realmente importa en esta vida, no es lo que tengamos o dejemos de tener, sino el tener a Jesús en nuestro corazón.
El joven rico se fue triste porque el tenía como lo primero en su vida sus riquezas no al Señor
ORACION:
Señor, ayúdanos a entender siempre que lo más importante no es lo que tenemos, sino tenerte a ti en nuestro corazón, y que si somos capaces de ponerte siempre en primer lugar en nuestra vida, Tú tienes recompensas para nosotros en el cielo, y el principal premio que tenemos es pasar toda la eternidad contigo. Gracias por ese regalo tan precioso. En el Nombre de Jesús. Amén.
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